LAS AFECTACIONES DEL CONFLICTO EN LA LABOR PERIODÍSTICA EN EL MAGDALENA, EN LA VOZ DE LOS PROTAGONISTAS

El Movimiento Magdalena Joven realizó un conversatorio donde hubo un repaso histórico de cómo se ha visto lastimado el quehacer periodístico en el territorio.

El Movimiento Magdalena Joven llevó a cabo este viernes, 16 de abril, el conversatorio ‘Afectaciones del conflicto armado a la labor periodística en el Magdalena’.

En el espacio, moderado por el coordinador Territorial de la Comisión de la Verdad, Stalin Ballesteros, participaron los periodistas Diana Solera y Gennys Álvarez.

Durante el evento, que fue transmitido por las redes sociales de Magdalena Joven, los periodistas invitados hicieron un repaso histórico sobre las actividades ilícitas como el narcotráfico y el paramilitarismo, que generaron impactos negativos en el quehacer periodístico en esta zona del país.

“Yo creo que los mismos periodistas como ciudadanos hemos sufrido de estos fenómenos, creo que algunos en nuestras propias familias hemos sido víctimas y muchos en carne propia lo hemos vivido”, dijo Solera.

Agregó la profesional de los medios que “yo por lo menos podría decir desde mi experiencia que una de las cosas que me motivó a ser periodista fue precisamente vivir de cerca algunas cosas del conflicto como el desplazamiento, como el ver en algunas personas de mi familia que optaban por ser militantes de algunos grupos y eso en el entorno familiar afecta y te da la motivación para hacer muchas cosas”.

El periodista Gennys Álvarez, por su parte, comentó que “hay un elemento fundamental y es que unos estudiamos el conflicto armado como fenómeno, a otros nos tocó vivir en carne propia, yo soy desplazado del municipio de Salamina, y pienso que una de las principales características que me ‘empujó’ al ejercicio periodístico es contar algunos hechos que fueron naturalizados en algunos momentos”.

“La guerra creo que la principal afectación que hizo al contar diario de las noticias fue naturalizar los hechos y acontecimientos que ocurrían y estos iban quedando registrados en los diarios como meras noticias judiciales, otros por miedo no alcanzaban a dimensionar la estructura bélica que se componía detrás de la situación que estaba ocurriendo”, enfatizó durante su intervención.

De igual manera, Álvarez resaltó que el Magdalena ha sido uno de los departamentos históricamente más peligrosos para ejercer la labor periodística.

“(…) Nuestros colegas antes de manera resiliente se mantuvieron en el oficio, a nosotros de pronto no nos amenazaron. El departamento del Magdalena ha sido uno de esos lugares donde las amenazas han estado al orden del día, donde las intimidaciones a periodistas han estado presentes en cualquier tipo de escenario (…)”, apuntó Álvarez.

Adicionalmente, la periodista Diana Solera reflexionó sobre la ‘deuda’ que, a su parecer, tiene el periodismo con la necesidad de mostrar la realidad de las situaciones que se viven y los responsables de las mismas.

El periodismo tendría que hacer una especie de mea culpa (…) si el paramilitarismo, el narcotráfico o la guerrilla permean el poder, también lo hará en el periodismo que es parte de ese poder. (…) En cuanto al objetivo del periodismo muchos le hemos quedando debiendo al territorio y ahora que la gente (exactores armados) se está sentando y está contando, también estamos debiendo”, comentó.

Tanto Solera como Álvarez coincidieron en que la labor de los periodistas en el último tiempo se ha visto menos amenazada por organizaciones al margen de la ley, y mencionaron que sus predecesores tuvieron que vivir la época más amarga del quehacer periodístico en el departamento. Justamente, sobre esto, Álvarez recordó el homicidio de un colega en el municipio de Fundación, en 2001, hecho por el cual fue condenado un exintegrante de un grupo paramilitar.

“Cuando entendemos que esa afectación, si bien no la vivimos, contribuyó a que se fueran formando ladrillos para que hoy nos tocara ver las cosas con un poco más de altura, comprendemos que hubo maneras diversas de hacer periodismo. Algunos escribieron, otros salieron del territorio para escribir desde allá y contar lo que aquí ocurría”, sostuvo Álvarez.

Solera, a su turno, puntualizó que “los periodistas tenemos que ser cada vez más periodistas. Tenemos que hacer un mejor ejercicio periodístico, hay que prepararse y cerrar la brecha que hay con el empirismo, privilegiar la alta formación (…) y también más investigación, periodismo de datos, tenemos que buscar las verdades. Ir más allá del qué; enterarse del cómo, quién y por qué”.

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